Resumen - Educación

Resumen - Última actualización 15 de junio de 2023

El educativo es un ámbito en el que las mujeres asturianas obtienen buenos resultados en varios indicadores relativos al nivel de estudios terminados, situándose por encima del promedio nacional: la población asturiana de 25 a 64 años tiene un nivel educativo mayor y las mujeres, además, tienen un nivel más alto que los hombres. También es más alta en Asturias la proporción de personas de 25 a 34 años que ha terminado estudios superiores; de nuevo, esta proporción es mayor entre las mujeres que entre los hombres (62,5% vs 46,5% en 2022). Por último, el abandono temprano de la educación-formación alcanza valores sensiblemente menores en Asturias, sobre todo en el caso de las mujeres: 11,2% en 2022 frente 11,8% de los hombres.

Aun así, en 2022 el porcentaje de población de mujeres jóvenes (15 a 29 años) que no estudia ni trabaja es el 14,2%, casi un punto por encima de la media para las jóvenes españolas y medio punto superior al de 2021. Además, éste es un porcentaje mayor que el de los jóvenes asturianos (12,2%). En la edad adulta (de 25 a 64 años, datos de 2021) las asturianas hacen un mayor esfuerzo por formarse (formación permanente y continua) que los asturianos (16,8% vs 12,6%); estos porcentajes han aumentado muy considerablemente desde antes de la pandemia, alcanzando en 2021 el objetivo del 15% que se había fijado para Europa en 2020.

En conjunto, el alumnado asturiano es paritario en cuanto a su composición por sexo, pero está claramente segregado en las distintas áreas de especialización. En Formación Profesional los hombres son algo más numerosos que las mujeres (56,5% de hombres en FP Superior, 57,1% en FP Medio), mientras que en la Universidad las mujeres son las más numerosas en el alumnado asturiano (el 54,8% del total). La Formación Profesional de grado Superior tiene más importancia en Asturias que en conjunto de España: las tasas brutas de escolarización de mujeres y hombres en este nivel son 48,4% y 60,8%, respectivamente. Esto significa que el número de mujeres estudiantes de FP Grado superior en Asturias representa casi la mitad del número de chicas de 18 y 19 años que viven en la región.

Por áreas de especialización de la Formación Profesional (curso 2020-2021), los ciclos de la familia profesional de Sanidad son los que concentran a la mayoría de las alumnas de FP en ciclos medios (el 45,4%) y superiores (32,4%) y están muy feminizados (en torno al 80% de alumnas mujeres); sin embargo, las titulaciones más feminizadas son las de las familias de Imagen Personal (más del 90% de alumnado femenino) y Servicios Socioculturales y a la Comunidad (84%). Los chicos diversifican más su elección de especialidad en FP (ninguna familia profesional concentra a más del 20% de los estudiantes varones de FP), y se decantan por familias relacionadas con el sector industrial; estas titulaciones, además, están muy masculinizadas: Electricidad y electrónica, Fabricación mecánica, Instalación y Mantenimiento, Transporte y Mantenimiento de Vehículos y (sobre todo en el grado superior) Informática y Comunicación.

En la Universidad (curso 2021-2022), las Ciencias son paritarias en alumnado, las ingenierías están masculinizadas (73% de hombres) y las Ciencias de la Salud feminizadas (75,1% de mujeres). Ciencias Sociales y jurídicas y Arte y Humanidades sobrepasan ligeramente los límites de la paridad a favor de las mujeres: 61.8% y 62,3% respectivamente.

Por campo de estudio, en los estudios universitarios los más feminizados están relacionados con los cuidados (Educación Infantil, Educación Social, Pedagogía, Trabajo social) y la salud (Logopedia, Enfermería, Terapia ocupacional, Odontología). También están feminizadas las Filologías y la Psicología. Los campos masculinizados son todos pertenecientes a las Ingenierías o a la Informática, además de la Geografía y Ordenación del Territorio y el Doble Grado de Física y Matemáticas.

En cuanto a los Resultados educativos, Asturias ocupa una buena posición entre las Comunidades Autónomas con tasas de idoneidad más altas para el tramo de edad de 8 a 15 años; con la edad esta tasa disminuye, pero el resultado de las niñas es mejor que el de los niños siempre y la diferencia aumenta con la edad: a los 8 años tienen una diferencia de 1,2 puntos, y a los 15 llegan a los 6,2 puntos más que sus coetáneos.

Las tasas netas de escolaridad entre los 16 y los 24 años también ponen de manifiesto mejores resultados para las jóvenes que para sus compañeros. A los 21 años se da la mayor diferencia de género: 6 de cada 10 chicas están escolarizadas, frente a 5,4 de cada 10 chicos. Además, de ellas, el 40% están cursando estudios universitarios, un 12,5% en estudios superiores no universitarios y el 7% están en el nivel de educación postobligatoria; en el caso de los jóvenes de 21 años escolarizados, los porcentajes son 28,2%, 17,7% y 8,1%.  

Los indicadores sobre transiciones dentro de una misma titulación favorecen, igualmente, a las mujeres asturianas. La tasa de promoción de curso en la ESO es superior en las niñas que en los niños, con diferencias que alcanzan los 4,5 puntos en el cuarto curso; en el Bachillerato ocurre lo mismo, con diferencias de unos 3 puntos en ambos cursos.

Las mujeres asturianas acceden a los Ciclos Formativos de Formación Profesional (CFFP) en menor medida que los hombres, ocurriendo a la inversa en el Bachillerato. Aun así, las mujeres presentan un mejor rendimiento una vez dentro de los CFFP, ya que consiguen terminar la titulación y graduarse en mayor medida que sus compañeros varones: en el curso 2020-2021 las chicas se graduaron en FP de Grado Medio con una tasa bruta 3,5 puntos superior a la de los hombres y en Bachillerato la diferencia fue de 13,6 puntos porcentuales. Además, el 56,4% de las jóvenes que ingresaron en un ciclo de FP de Grado Medio en el curso 2016-2017, se habían titulado dos años después, frente al 51% de los chicos. A pesar de este mejor desempeño de las mujeres en la FP, en la transición al mundo laboral se detectan ya las principales brechas de género que caracterizan el empleo de mujeres y hombres: de cada 10 chicos con empleo asalariado a los 2 años de iniciado un ciclo de FP de Grado Superior, 8 tienen un contrato a tiempo completo, 1 a tiempo parcial por encima de la media jornada y otro más tiene un contrato a tiempo parcial de, como mucho media jornada; en el caso de las chicas esta proporción es: 6-2-2. Por último, se detecta una brecha de género en las bases de cotización de las personas graduadas en FP de Grado Superior, de forma que al primer año de la graduación la brecha es del 10,8% y a los cuatro años ha aumentado a 16,7%. Es decir, las chicas graduadas en FP de Grado Superior que tienen un contrato a tiempo completo, perciben un salario con una base de cotización que es casi un 11% menor que la de sus homólogos varones en el primer año de conseguida la titulación.

En cuanto a los resultados en la Educación Universitaria, las mujeres asturianas presentan tasas de rendimiento, éxito y evaluación mayores que sus compañeros, con diferencias de entre 5,8 (T. de éxito) y 11,6 (T. de rendimiento) en el curso 20-21. El mejor desempeño de las estudiantes también se refleja en menores tasas de abandono (26,5% vs. 39,2%); no hay ningún ámbito de estudio en el que las mujeres abandonen más que los hombres, ni siquiera en aquellas disciplinas masculinizadas; en los Grados de Ingeniería, industria y construcción, 5 de cada 10 chicos no siguen matriculados en la misma titulación a los 2 años de iniciados los estudios, frente a 4 de cada 10 chicas. También hay diferencias en el tiempo medio invertido para obtener el Grado: 4,9 años las mujeres y 5,2 años los hombres; en Ciencias, Informática e Ingenierías, sin embargo, la tendencia es la contraria. Las jóvenes universitarias obtienen una nota media en sus expedientes algo superior a la de los jóvenes (7,31 vs. 7,02 en el curso 20-21), aunque en este caso sí hay diferencias por ámbito de estudio: en las Ciencias y en la Informática, las chicas obtienen notas medias ligeramente menores.