Abandono temprano de la educación-formación
Abandono temprano de la educación-formación
Este indicador está definido como el porcentaje de población de 18 a 24 años que no ha completado el nivel de Segunda Etapa de Educación Secundaria (CINE 0, 1 y 2) y no sigue ningún tipo de educación-formación.
Este indicador formó parte de los indicadores de la Estrategia Europa 2020; el objetivo fijado para Europa fue una tasa del 10% en 2020, aunque para España se redujo el nivel de exigencia, ampliando el margen a un objetivo del 15%. Más recientemente, dentro del nuevo marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación con miras al Espacio Europeo de Educación y más allá (2021-2030), se ha incluido la prioridad estratégica de aumentar la calidad, la equidad, la inclusión y el éxito de todos en el ámbito de la educación y la formación, planteando el objetivo de reducir el número de personas que abandonan prematuramente la educación y la formación, estableciendo, como punto de referencia europeo, que para 2030, el porcentaje de personas que abandonan prematuramente la educación y la formación debe estar por debajo del 9 % (1, p.85).
Los efectos del abandono sin conseguir el nivel mínimo de formación de secundaria segunda etapa tienen consecuencias y costes para los individuos y para la sociedad, tanto desde el punto de vista del mercado de trabajo como del bienestar en general. El entorno socioeconómico de los jóvenes es clave en el abandono. Debido al cambio en el sistema de clasificación de los niveles educativos adoptado en España para adaptarse al marco internacional, el INE estableció una ruptura de serie en 2014, motivo por el que en este caso solamente recogemos la evolución de este indicador desde dicho año.
De nuevo es necesario llamar la atención sobre la necesidad de tomar estas cifras con cautela en el caso asturiano, ya que el pequeño tamaño de la muestra, acotado aún más por el intervalo de edad, puede causar importantes errores en las estimaciones. De hecho, esto es lo que se observa sobre todo en el caso de las mujeres asturianas.
Lo importante a señalar es que esta tasa en Asturias (6) está por debajo de la correspondiente a la media nacional para los hombres, y está igualada para las mujeres. Sin embargo, atendiendo a la evolución del último año, la tasa de abandono temprano de las asturianas aumentó en algo más de dos puntos y medio, llegando a ser el 11,2% en 2022, lo que nos situaría por encima del objetivo europeo.
La evolución de este indicador en los últimos dos años en nuestra región, ha modificado notablemente nuestra posición relativa entre las Comunidades Autónomas españolas, de modo que si en 2020 las asturianas tenían la tercera tasa más baja del país, sólo por encima de País Vasco y Cantabria, en 2022 ocupan el décimo puesto.
En cuanto al promedio europeo, el resultado asturiano no es bueno en la actualidad, ya que la tasa femenina de abandono temprano en educación-formación en 2021 fue 7,9%, y la masculina el 11,4%. En el caso de las asturianas, su tasa estaría sólo un poco por debajo de la de las mujeres húngaras, y sería la cuarta mayor tras las tasas de Hungría, Rumanía y Bulgaria.
El nivel educativo de los padres, pero en especial el de las madres, es un factor de influencia directa en la tasa de abandono temprano de las y los jóvenes. En el nivel estatal, los hijos e hijas de mujeres con estudios superiores tienen una tasa de abandono de tan solo el 2,5%, subiendo al 8,2% en el caso de madres con segunda etapa de E. Secundaria, y alcanzando el 31,8% cuando las madres tienen Educación primaria o un nivel inferior (3). Invertir en educación de las mujeres no sólo una clara influencia en sus propias biografías, sino también un impacto social importante en las siguientes generaciones.
El nivel educativo de los padres, pero en especial el de las madres, es un factor de influencia directa en la tasa de abandono temprano de las y los jóvenes. En el nivel estatal, los hijos e hijas de mujeres con estudios superiores tienen una tasa de abandono de tan solo el 3,6%, subiendo al 10,1% en el caso de madres con segunda etapa de E. Secundaria, y alcanzando el 39,2% cuando las madres tienen Educación primaria o un nivel inferior. Invertir en educación de las mujeres no sólo una clara influencia en sus propias biografías, sino también un impacto social importante en las siguientes generaciones.