Hasta 2020, el porcentaje de asturianas de 25 a 64 años con un nivel educativo superior, aumentaba cada año. En 2022 este porcentaje disminuyó, pasando del 46,8% en 2021 al 46%; en el caso de los varones, también hubo variación negativa: de 42,2% a 40,6% (2).

En la población adulta asturiana, al igual que ocurre en España, las mujeres tienen un nivel educativo superior al de los hombres (3), con porcentajes menores de población con nivel educativo 0-2 (cinco puntos menos), y mayores porcentajes con nivel 5-8 (5 puntos por encima). Por edades, se aprecia una clara brecha generacional entre las mujeres de más de 55 años y las de menos edad: hasta esa edad los porcentajes de mujeres con nivel educativo 0-2 no superan en ningún caso el 29%, y en el grupo de 55 a 64 años alcanza el 42,3%.  En el grupo de mujeres de entre 25 y 34 años es en el que la proporción de tituladas superiores es mayor: sesenta y dos de cada 100 jóvenes de estas edades ha terminado este nivel de estudios. También hay un gran salto en la proporción de mujeres con nivel educativo más alto: hasta los 55 los porcentajes no bajan del 47%, mientras que a partir de los 55 el porcentaje sólo llega al 31%. En comparación con los hombres, la máxima diferencia se produce en la población de 25 a 34 años entre las personas con nivel educativo superior: las mujeres superan a los hombres en 16 puntos porcentuales.

Por otro lado, los niveles educativos de mujeres y hombres asturianos son superiores a los respectivos niveles en el conjunto nacional. La proporción de mujeres asturianas que han concluido estudios superiores supera en casi un punto porcentual a la media nacional. Las diferencias son mayores entre las más jóvenes: las que tienen estudios superiores superan en 5 puntos y medio a la media nacional para su edad.