Enfermedades crónicas

Enfermedades crónicas

Las enfermedades de tipo crónico son el principal problema de salud en la actualidad, de igual modo que las enfermedades infecciosas marcaron el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. El aumento de la esperanza de vida y el consiguiente envejecimiento de la población es la principal causa del aumento en la prevalencia de este tipo de problemas de salud. Se considera que un problema de salud es de tipo crónico cuando cursa durante 6 meses o más.

En Asturias, en 2017, el 44,2% de las mujeres y el 36% de los hombres declaraban tener algún problema de salud o enfermedad crónica o de larga duración; la diferencia es de 8 puntos porcentuales.

Mujeres y hombres, además, no tienen los mismos problemas crónicos de salud, quedando perfilado un panorama de morbilidad diferencial muy claro. En la siguiente tabla se señalan las enfermedades más prevalentes en Asturias en población de 15 años o más; se han ordenado por prevalencia entre las mujeres.

Tabla 6.5. Enfermedades crónicas en Asturias: prevalencia por sexo y coeficientes de feminidad, 2017
Tabla 6.5. Enfermedades crónicas en Asturias: prevalencia por sexo y coeficientes de feminidad, 2017
Fuente: IV ESA 2017.

En términos generales, los problemas que implican dolor, como los problemas lumbares, cervicales, o de tipo reumático y/o articular, son los más prevalentes entre la población tanto de mujeres como de hombres, aunque más entre las mujeres. Las enfermedades más feminizadas de éstas son la artritis, artrosis y reúma, con un coeficiente de 1,88 (32,2% vs. 17,1%).

Además de estos problemas, a la lista de enfermedades crónicas con prevalencia superior al 10% de los hombres, sólo se suman la tensión y el colesterol altos, aunque son condiciones que no están masculinizadas. En el caso de las mujeres (Gráfico 6.9.), en cambio, a la hipercolesterolemia y la tensión alta se les suman la depresión (19,2%) y la ansiedad crónica (13,7%), ambas con coeficientes de feminidad muy altos (más del doble de prevalencia que en los hombres).

Gráfico 6.9. Enfermedades crónicas con prevalencia >10% en mujeres, Asturias 2017
Gráfico 6.9. Enfermedades crónicas con prevalencia >10% en mujeres, Asturias 2017
Fuente: IV ESA 2017; elaboración propia

La IV ESA, de 2017, fue la primera en la que se incluyeron en la lista de problemas crónicos de salud, el dolor menstrual habitual y enfermedades ginecológicas benignas (endometriosis, quistes ováricos, miomas, etc.). Las prevalencias son altas: 16,4% la dismenorrea y 11,3% las patologías ginecológicas. Estos problemas también pueden implicar procesos más o menos dolorosos (sobre todo en el caso de la endometriosis). Otros problemas exclusivos de las mujeres, como los relacionados con la menopausia, se presentan con una frecuencia menor (5,4%), si bien hay que tener en cuenta que la base poblacional susceptible de tener esta condición se reduce a las mujeres que ya han terminado su etapa fértil (normalmente a partir de los 50 años). No obstante, esta prevalencia general ha descendido desde la anterior encuesta de 2012, cuando era de 7,9%.

Dado que estas enfermedades afectan sólo a mujeres, es posible calcular su prevalencia desagregando por otras variables, como la edad. Respecto al dolor menstrual habitual (Gráfico 6.10), su frecuencia es mayor cuanto menor es el grupo de edad de las mujeres. Parece claro que el efecto memoria puede explicar en parte esto, más que la existencia de posibles diferencias por cohortes poblacionales. Las más jóvenes refieren sufrir dismenorrea habitual en el 34% de los casos, mientras que en las que tienen entre 30 y 44 años la frecuencia declarada es 26,6%. Es decir, desagregando por edad, y calculando la prevalencia para las etapas de la vida en que las mujeres son fértiles, la frecuencia declarada de la dismenorrea aumenta muy considerablemente respecto a la prevalencia inicial (del 16,4 %).

Gráfico 6.10. Prevalencia de la dismenorrea habitual, por grupo de edad. Asturias 2017
Gráfico 6.10. Prevalencia de la dismenorrea habitual, por grupo de edad. Asturias 2017
Fuente: IV ESA 2017; elaboración propia

Del total de mujeres que padecen dismenorrea en el grupo de 15 a 29 años, el 22,4% declara que sus actividades se limitan en alguna medida por ello. Este porcentaje significa que, sobre la base poblacional de este grupo de edad, el 7,6% de las mujeres asturianas de entre 15 y 29 años sufrirían limitaciones en su actividad por dismenorrea.

En el bloque sobre cronicidad de la IV ESA también se incluyó una cuestión que se refería directamente a las enfermedades ginecológicas benignas, del tipo de miomas, quistes de ovario y endometriosis; la prevalencia por edad es la que observa en el Gráfico 6.11.

Gráfico 6.11. Prevalencia de enfermedades benignas ginecológicas (quistes, miomas, endometriosis…), por grupo de edad. Asturias 2017
Gráfico 6.11. Prevalencia de enfermedades benignas ginecológicas (quistes, miomas, endometriosis…), por grupo de edad. Asturias 2017
Fuente: IV ESA 2017; elaboración propia

En este caso la frecuencia más baja se obtiene en las más jóvenes, como es lógico al tratarse de patologías cuya probabilidad de desarrollo aumenta con la edad. En el grupo de entre 45 y 65 años es en el que se alcanza la máxima frecuencia, con un 14,3%.

En cuanto a los problemas del periodo menopáusico, tomando en consideración los grupos de edad en los que las mujeres han terminado su periodo fértil (de 45 a 64 y a partir de los 65 años), la prevalencia obtenida alcanza el 10,3%  y el 3,7% respectivamente; de nuevo el efecto del tiempo y la memoria de los eventos vitales puede modular la respuesta.

Continuando con el listado de enfermedades crónicas de la Tabla 6.7, las varices y las migrañas (dolores fuertes de cabeza), en el caso de las mujeres, tienen prevalencias altas: 27,7% y 19,3%; entre los hombres ninguna de las dos se presenta con una frecuencia superior al 10%.

Hay otros problemas que, sin ser muy prevalentes en ninguno de los dos sexos, sí se presentan con un gran desequilibrio entre uno y otro sexo. Hay cuatro problemas que presentan unos coeficientes de feminidad por encima de 7: los problemas tiroideos, el estreñimiento crónico, la osteoporosis y la fibromialgia. Los problemas de tiroides aumentan en frecuencia en cada encuesta, pasando de 3,2% en 2008, a 9% en 2012 y a 9,5% en 2017 (2). Uría señala que el problema más frecuente es el hipotiroidismo y que, aunque sea leve, provoca dolor muscular y cansancio (p. 68). La osteoporosis se presenta en una frecuencia 7,5 veces mayor en las mujeres que en los hombres; se suele abordar a través de la medicalización (prescripción de calcitonina), aunque hay voces que plantean la conveniencia de otros enfoques (2, p. 68). La fibromialgia, finalmente, con prevalencia en mujeres 8,6 veces la de los hombres, es la condición que presenta un coeficiente de feminidad mayor de todas las enfermedades de tipo crónico.

Por último, hay enfermedades crónicas que se presentan con más frecuencia entre hombres que entre mujeres: los infartos de miocardio, enfermedades de tipo cardiovascular (embolias, infartos/hemorragias cerebrales), las lesiones permanentes por accidente, otras enfermedades mentales (que no son depresión ni ansiedad), otras enfermedades del corazón y las enfermedades pulmonares (bronquitis crónica, enfisema, EPOC).  Hay que recordar que, pese a que las enfermedades de tipo cardiovascular tienen una mayor frecuencia declarada como problema crónico de salud en los hombres, son, sin embargo, la primera causa de muerte entre las mujeres, como se vio en el apartado 1.2 de este capítulo.